País de Morbonia,
Tierra del Nunca Jamás;
tan cercano a nuestra realidad.
Finos conductos,
enredada presencia;
absorbéis mi Alma,
con sabia paciencia.
Relieve desparejo,
dinámico e incoherente;
con un centro liviano,
de redondez aparente.
Cielo oblongo y oscuro,
denso, agitado;
criogénico, húmedo,
extenso y acotado.
Lava congelada,
que brotan de volcanes fríos;
aliviando esta tierra ardiente,
cicatrizando sus ríos.
Angustia liberada,
paisajes dibujados;
sombras asimétricas,
de seres alados.
Bestiario ideal,
con formas caprichosas;
que desafían la Geometría,
con terminaciones nudosas.
Cuerpos adimensionales,
sin vestigios de puntos;
al isócrono planos y rectas,
de diferentes conjuntos.
Espectro etéreo,
de colores saturados;
luminiscencia divina,
de corazones flechados.
Primer estado,
de conciencia oriental;
transparente y dantesco,
cielo cuasi terrenal.
Hábiles tejedoras,
burlonas y traviesas;
que engañan a los mortales,
con dulces promesas.
Ofrezco mis deseos,
sacrifico mis pensamiento;
denle sentido a mi vida,
evaporando mis lamentos.
Rostro pálido,
con triste sonrisa;
voces que de tí brotan,
como suave brisa.
Surge de mis labios,
una voz temblorosa;
aturdida por la pena,
que en mi Alma reposa.
Vibración perpetua,
palabra prometida;
ascenso ilusorio,
entre el Verso ... y la Vida.